
Esta película de 1979 nos hizo pasar miedo, mucho miedo. Y lo hizo de un modo muy distinto al actual: el miedo psicológico de encontrar una pequeña puerta al final de una escalera, de saberla cerrada, de entender que nadie en muchos años la ha abierto y que nosotros, cuando lo hagamos, nos encontraremos con todo aquello que quedó dentro cuando la puerta se cerró. Y conoceremos el miedo que podrán transmitirnos unas telarañas cubriendo muebles antiguos, de una habitación donde aún parecen resonar los ecos de otra época, donde aún se podría escuchar la respiración de sus antiguos habitantes, donde tras una silla de ruedas cubierta de polvo aún podríamos ver la silueta del niño que antaño la ocupó...
Místico
No hay comentarios:
Publicar un comentario