viernes, 6 de febrero de 2009

El sueño futurista de los años 80


Hace unos días hablé en "Plano Medio" de una película ochentera que me llegó como pocas. "Gremlins" fue y sigue siendo la película favorita de mi infancia, no sé si porque me enamoré de Gizmo al poco de conocerlo o porque simplemente Steven Spielberg sabía como llegar a los más pequeños a través de la más fantástica magia y fantasía. Sin embargo, y para ser justos, éste no fue el único título que me conquistó en aquella etapa de mi vida. Hubo otros que también lo hicieron y hoy es de justicia hablar de uno de ellos.

Aunque esté ya muy lejano en el tiempo, aún recuerdo el día que acudía al cine de mi localidad con la entrada de esta película en la mano (si uno puede presumir de algo es de tener excelente memoria). En 1985 apenas contaba con nueve años, pero eran tantas las ganas que tenía de ver este título y tantas las expectativas que tenía depositadas en él, que supongo la sensación se quedó grabada para siempre en mi recuerdo. Y es que hoy hablo de otra película de culto para los miembros de mi generación. Hoy hablo, y me emociona el hacerlo, de "Regreso al futuro".

¡Cuántos elementos de esta cinta han quedado ya inmortalizados para siempre en el recuerdo más treintañero! Aquel De Lorean que no superaba ni el mismísimo Kitt ("El coche fantástico"), aquel "inventado" condensador de fluzo que aún hoy se puede escuchar en otras películas o series de televisión... pero sobre todo aquel Marty McFly y su inseparable Doc, que formaron una de las parejas más carismáticas de los años 80.

Los viajes en el tiempo, aunque ya habían sido tratados en otras películas muchos años antes, nos hicieron soñar. Esta cinta nos hizo creer que esos viajes eran posibles, que en el año 2000 los coches volarían y que los niños del 85 estaríamos ahí para vivir todo eso... ¡qué bonita resultaba esa inocencia!

Luego llegarían segunda y tercera parte, las cuales formaron junto con la primera una completa trilogía que no estaba en principio prevista por los guionistas (ellos mismos reconocieron que de haber sabido que se rodaría una segunda parte no hubiesen metido a la novia de Marty en el coche al final de la primera entrega).

Dificultades estas películas encontraron todas las del mundo, más cuando las tres se desarrollaban de forma contínua en el tiempo pero fueron cinco los años reales que separaron la primera de la tercera. Esto hizo que los maquilladores y encargados de caracterización tuviesen que cuidarse muy mucho de que no se notase el paso de los años en el rostro de Michael J. Fox (la cara de eterno adolescente de este actor les facilitó mucho el trabajo), pero sobre todo disimular lo máximo posible la ausencia por diferentes motivos de los actores que interpretaban a George McFly y Jennifer Parker a partir de la segunda entrega de la trilogía. Claudia Wells fue sustituida por Elisabeth Shue debido a la enfermedad de la madre de la primera y Crispin Glover por Jeffrey Weissman a causa de las contínuas disputas entre el actor y los directores por desacuerdos con el personaje (hecho éste que cambiaría sustancialmente el guión de las dos últimas partes). A mí me la "colaron". Dejo aquí algunos fotos para que cada uno evalúe si en su caso también.

3 comentarios:

  1. jajajajaja! yo recordaba que en la primera peli la chica no era Elisabeth Shue, pero lo del padre de McFly?? qué fuerte!! no era el mismo! Esta es sin duda una de mis sagas favoritas. Tengo que ponerme un día a verlas seguidas... en plan "revival". Vuelta a la infancia. Ah, yo también imaginé de pequeña que en el 2000 los coches volarían... y que Michael Jackson sería el primero en comprar uno! ;-)

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  2. Pues si, a mi también me la colaron. Como la primera no hay ninguna, es excelente en todos los aspectos, fresca, divertida, emocionante. ¿Quién de nuestra generación no quería conducir un De Lorean?

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  3. ¿Y quién no quería viajar en el tiempo? La de cosas que podíamos haber hecho si eso hubiese sido posible... Uffff

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