
Y que conste que "Gladiator" es una excelente película (o al menos a mí me lo parece), que su historia (pese a permitirse muchas licencias con repecto a los personajes reales en los que se basaba) es de ésas que enganchan, que sus actores están espléndidos y que su ambientación (pese a que en determinados momentos de la cinta podamos ver algún que otro pantalón vaquero o incluso un carro de "Pepsi") se me antoja tremendamente lograda.
"Gladiator" fue una cinta emotiva, interesante, con tremenda fuerza... un título, en otras palabras, muy bien hecho. Contar con Ridley Scott tras la cámara tuvo que ser esencial para ese resultado final, del mismo modo que las soberbias interpretaciones de Russell Crowe y Joaquin Phoenix (pocas veces tan brillantes como aquí) ayudaron a dar fuerza y convicción a una historia que a muchos nos dejó con un incómodo nudo en la garganta durante los créditos finales.
Otra título merecedor del Oscar a la mejor película.
Místico
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