viernes, 24 de abril de 2009

Una extraña "conducta infantil"

Sólo en contadas ocasiones un actor es nominado a un Oscar por una película como ésta. Cuando en 1988 Tom Hanks, rompiendo cualquier estadística, conseguía que la academia valorase el trabajo que llevaba a cabo en "Big" (un título que a priori poco o nada tenía que hacer en una ceremonia tan enfocada a otro tipo de metrajes) muchos quisimos apostar por el triunfo en la gala del actor californiano. Y se consiguió la nominación (que no el Oscar) porque "Big" era algo más que una comedia simplona. Un tierna y emotiva historia mágica donde sueños infantiles y realidades adultas se entremezclaban dando lugar a un explosivo cóctel de situaciones ciertamente divertidas. Un Hanks que parecía haber nacido para papeles como éste (faltaba aún algunos años para el espectacular giro que daría su carrera) y algunos momentos inolvidables (simplemente fantástico el baile sobre el piano) que formaron un bello conjunto imborrable con el paso del tiempo.

Curiosa también resultaba la historia de "amor" vivida entre el personaje de Hanks y el que interpretara en esta película Elizabeth Perkins. Y es que historias de "amores imposibles" en el cine ha habido muchas, pero tanto como ésta, desde luego que muy pocas.

Místico

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