viernes, 3 de abril de 2009

Despertando viejos miedos

¿Hasta qué punto una película puede influir en el subconsciente colectivo? Jamás ninguna cinta nos mostró con tanta claridad el poder que el cine tenía en este campo como cuando "Tiburón" (el título que lanzaría definitivamente a la fama a su joven director Steven Spielberg) se estrenó allá por el año 1975. Y es que la afluencia a las playas americanas descendió desorbitadamente tras el estreno de esta cinta, cinta que se convertiría aquel año en la más taquillera de toda la historia del cine. Un absoluto pánico irracional a los tiburones se despertaría a raiz de la misma y una psicosis colectiva de la que a día de hoy (más de 30 años después) aún quedan algunas secuelas.

Reconozco que en más de una ocasión me ha venido a la cabeza este título, más aún en los momentos en los que, cuando la noche impedía ver la línea azul del horizonte, opté por darme algún baño en la playa. Y es que la secuencia inicial de este título es de las que se te quedan grabadas en el recuerdo durante mucho pero que mucho tiempo...

Una revisión de la cinta en el momento presente dejaría al descubierto cierta precariedad en cuanto a sus efectos especiales, una precariedad que sólo sería patente si los comparamos con los que conocemos hoy día, pues si tenemos en cuenta que hablamos de un metraje de la década de los 70, podrían incluso considerarse adelantados a su tiempo.

¿Y qué decir de aquella banda sonora creada por John Williams? El compositor incondicional de Spielberg no daba lugar a dudas: fue y sigue siendo el más importante de los compositores de toda la historia del cine.

Místico

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