
"La reina de África" nos presentaba a un cincuentón Humphrey Bogart y a una Katharine Hepburn pasados los 40 cuya extraña relación a bordo de aquella mítica embarcación se acababa convirtiendo en una de las historias de amor más bellas que hayamos visto jamás en la gran pantalla. El nacimiento de viejas pasiones en plena Primera Guerra Mundial a bordo de un destartalado barco que, cual David, osaba enfrentarse a aquella cañonera alemana que podría llevar escrito el nombre de Golliat. Un mismo objetivo común para dos personajes que no podían ser más diferentes: Un capitán con bastante afición a la bebida y una estirada misionera poco acostumbrada a los hábitos de su compañero.
La cinta supuso el único Oscar en la carrera de Humphrey Bogart. Al menos esta película sirvió para encumbrarlo tal y como merecía...
Místico
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