
Injustamente tachada como la secuela de "Open Water" (su película madre) y, al igual que su predecesora, inspirada en una historia real (¡Hay que ver la de cosas raras que suceden en este mundo!), "A la deriva" se presentaba en el año 2006 como una película de drama-suspense que prometía regalarnos altas dosis de angustia. La historia que nos presentaba era bastante sencilla: Un grupo de amigos a bordo de un yate optaban por darse un relajante baño en el mar. Llegado el momento de regresar al barco no tardaban en comprender que resultaba imposible hacerlo, pues habían olvidado bajar antes la escalerilla que debería subirles a dicha embarcación.
Una sola y atípica localización (las aguas del océano) y seis únicos pers

Su posterior desarrollo hacía aguas (y nunca mejor dicho) por todos lados, pero la propuesta en sí resultaba tan interesante, original e innovadora (se entiende que junto con "Open Water") que no dudé en recomendar esta película a más de un amigo. Las opiniones que obtuve de ellos no pudieron ser más distintas. Esto último no me sorprendió nada.
Místico
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