jueves, 21 de mayo de 2009

El enfoque más humano del infierno de una guerra

No soy especialmente aficionado al cine bélico pero reconozco que a lo largo de la historia existieron títulos que engrandecieron esta forma de hacer cine. Fue el caso, en el año 1998, de "Salvar al soldado Ryan".

La obra de Steven Spielberg, ganadora de cinco Oscar de la Academia, nos recreaba los horrores de la Segunda Guerra Mundial pero esta vez desde el punto de vista de un grupo de hombres que, por encima de heroicidades y valentías varías se mostraban simplemente como eso: como un grupo de "hombres" inmersos en un infierno del que todos deseaban salir. Un carácter dramático, emotivo pero especialmente humano que conseguía que resultase sencillo identificarse con unos personajes principales capitaneados por un correctísimo Tom Hanks.

Especialmente duros pero absolutamente brillantes resultaron sus minutos iniciales, los cuales recreaban de un modo tremendamente realista aquel cinematográfico momento del desembarco de Normandía. Este espectacular arranque quizá sea lo mejor y más espectacular de todo el fim, pero también es de justicia reconocer que el dramatismo de una historia basada en un caso real acontecido durante la Segunda Guerra Mundial y el correcto tratamiento de toda la cinta a lo largo de sus casi tres horas de duración, conviertieron a "Salvar al Soldado Ryan" no sólo en merecedora de los cinco Oscar que ganó aquel año (entre ellos mejor director), sino en la también más que lógica ganadora de un premio a la mejor película que incomprensiblemente en esa ocasión iría a parar a manos de "Shakespeare in love".

Místico

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