
Tim Robbins se hacía al frente con "Pena de muerte" de la que ya sería su segunda película en labores de dirección, y para ello contaba con dos pesos pesados en cuanto a interpretaciones se refiere: un Sean Penn al que siempre estuvo unido por cuestiones políticas y su propia esposa, una Susan Sarandon que a la postre se convertiría en ganadora del Oscar por esta interpretación.
Basada en el libro "Dead Man Walking", escrito por la Hermana Helen Prejean (consejera espiritual del reo condenado a muerte Patrick Sonnier), entiendo este drama carcelario de 1995 como la mejor obra hasta la fecha de Robbins como director. Su lento ritmo, tan cuestionado por algunos, se hacía necesario si lo que se pretendía aquí era cambiar el punto de vista de aquel que visionaba la película, haciéndonos entender que, independientemente de la atrocidad cometida, el arrebatar la vida a un hombre no debería ser algo que se decidiese nunca un ningún tribunal. Para ello eran necesarias las palabras, eran necesarios muchos silencios, muchas miradas... Y Tim Robbins entendía mucho de todo esto.
Brillantes como no podía ser de otro modo Sean Penn y Susan Sarandon y ciertamente destacables las labores de Tim Robbins en una dirección en la que no suele prodigarse demasiado... ¡Una verdadera lástima!
Por hoy es más que suficiente. Un Vips me espera. Buena tarde a todos.
Místico
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