jueves, 8 de enero de 2009

Sentimentalmente imborrable

Pocas veces un título como éste supo calarme de la misma manera. En 1996, compartiendo cartelera con la ya clásica "Seven", se presentaba una película de época protagonizada por Robin Wright y Morgan Freeman que parecía perfecta para los amantes de un cine digamos algo "pastelón". Para los que no éramos amantes de este género, la propuesta en sí poseía sin embargo otros atractivos, entre los que cabría citar a su pareja protagonista (una Wright que se prodigaba y se sigue prodigando poco y un Freeman más de moda que nunca), así como una ambientación y unos escenarios cuanto menos llamativos.

"Pastelona" hay que reconocer que la película lo era... y un rato, no apta digamos para "todos los públicos", pero el guión era de los que enganchaban. Sus personajes estaban tan bien perfilados y la historia tan bien construida que no sólo hicieron que disfrutase enormemente de la misma, sino que, a día de hoy, "Moll Flanders" ya ocupa un lugar de honor en mi amplia videoteca.

Un título absolutamente recomendable para aquellos a los que, en ocasiones, nos gusta emocionarnos con historias como ésta.

Místico

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