
No recuerdo siquiera cual fue la primera película que vi de este monstruo de la interpretación, supongo que alguna "a medias" porque mi madre se empeñaba siempre en que esta intérprete no era apta para mis ojos infantiles, dada su alta carga de erotismo y sexualidad que derrochaba en todos y cada uno de sus papeles. Fue quizá con el "Amantes" de Vicente Aranda cuando descubrí por primera vez que existía un modo de interpretar distinto al que ya conocía, el que hacía desprenderse a un actor de todo lo externo a su personaje y vivía el mismo desde sus propias vísceras y entrañas.
Muchas otras películas pude ver de Victoria Abril a lo largo de los años, entre las cuales destacaría posiblemente "Libertarias", pero fue con "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" cuando terminó de conquistarme del todo. Y es que en aquella ocasión no vi a Victoria en ningún momento del film, sino a una prostituta de ambiente marginal llamada Gloria Duque que llevaba su vida hasta el extremo y conseguía ponerme la piel de gallina en innumerables momentos de la cinta. Allí no estaba la estrella del cine francés, allí estaba simplemente Gloria.
Polémica como pocas (a mí no me puede caer mejor) y talentosa hasta el extremo, parece ser que los franceses (como por desgracia viene siendo habitual) supieron valorarla más que nosotros y terminaron "adoptándola" en nuestro país vecino, país en el que es toda una estrella desde hace ya muchos años.
Gracias, Victoria. Gracias por enseñarnos a sentir, por enseñarnos a entender un personaje como tú hiciste con todos y cada uno de los tuyos.
Místico
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