miércoles, 15 de julio de 2009

¿Cuánto de ficción y cuánto de realidad?

He de reconocer que no me gusta el cine gore. Siempre he sido partidario de un cine de terror más sugerente que explícito, por lo que considero que cuando una película ha de tirar de vísceras para impresionar a su público, tiene ya la mitad de la batalla perdida. Sin embargo, existen ocasiones en las que (al igual que sucede con las escenas de alta carga sexual) este tipo de imágenes vienen tremendamente justificadas por un guion o una historia que realmente se prestan a ello. "Hostel" es un claro ejemplo de esto mismo.

Una película que conseguía impresionarlos ya no sólo por las imágenes que en ella se nos mostraba, sino especialmente por el trasfondo que la historia parecía tener detrás. Al igual que cuando, a mediados de los noventa, un desconocido Alejandro Amenábar presentaba al mundo aquella ópera prima llamada "Tesis" se despertaba el debate de cuánto de verdad y cuánto de ficción podía haber en las denominadas películas snuff, "Hostel" despertaba otra contienda ciertamente similar, pero esta vez en pleno siglo XXI.

A fin de cuentas lo que "Hostel" nos contaba tampoco era nada nuevo. Hablamos de la puesta en escena de ciertas leyendas urbanas que siempre corrieron de boca en boca y que encontraron en internet el caldo de cultivo perfecto para su correcta expansión. Unas macabras leyendas que circulaban en torno al escaso valor de la vida humana frente al poder del dinero, materializado en las aberrantes prácticas de unos desequilibrados millonarios cuyo enorme poder les había hecho enfocar de un modo algo "diferente" su propia sexualidad. Esta crítica a la sociedad del capitalismo se mostraba en esta cinta de un modo tan claro y explícito que sólo ella ya poseía más fuerza que cualquiera de las imágenes grotescas que pudiésemos ver a lo largo del metraje.

Cierto es que el ritmo de su primera mitad resultaba lento, pues se recreaba en aspectos de la trama ciertamente prescindibles, pero también lo es que gracias a ello "Hostel" conseguía crear una atmosfera de realidad y una identificación con los personajes principales tan alta que harían que la segunda parte de la cinta fuese aún más sobrecogedora.

Místico

2 comentarios:

  1. La verdad es que me ví las dos primeras y es siempre brutalmente repugnante.No soporto esas películas me parecen monótonas en cuanto a que carecen de argumento y no me atrae ver como pagan cantidades desorbitadas para ver y sentir como matan a una persona por placer o poder que se yo.
    Hay gente que las ve comiendo...yo no puedo.
    Saludos y suerte en el concurso.

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