jueves, 16 de julio de 2009

Redescubriendo la magia en etapa adulta

En una semana en la que llega a nuestra cartelera la sexta entrega de una de las sagas más famosas de la historia del cine: la del joven aprendiz de mago cuya frente quedó marcada para siempre tras un primer enfrentamiento con el malvado Voldemort, llega el momento de hacer repaso a las películas de la franquicia "Harry Potter".

Creo que en su momento fui uno de tantos que dejaron escapar las dos primeras entregas simplemente porque las concebía demasiado infantiles, más teniendo en cuenta lo que mis gustos "adultos" marcaban en aquellos momentos. Y es que tuvieron que pasar casi tres años para entrar en Hogwarts por primera vez. Recuerdo que sucedió un fin de semana, uno de esos días tremendamente ociosos que opté por alquilar el primero de los títulos para verlo tranquilamente en casa una noche de frío invierno. Recuerdo poner el reproductor sin demasiadas esperanzas, pero también recuerdo que al poco de comenzar la cinta, comprendí que estaba asistiendo al comienzo de algo importante. Y es que ese fin de semana lo cambió todo. Ahí comenzó mi interés por lo que en Hogwarts sucedía, ahí comenzó mi idilio con los personajes de Harry, Ron y Hermione, ahí comenzó, en definitiva, mi amor por la saga de J.K.Rowling.

Una saga que iba madurando a medida que lo hacían sus protagonistas, que no perdía ni un ápice de fuerza según avanzaba en el tiempo, cuyas historias no sólo iban destinadas a un público infantil, sino también a todo un universo adulto susceptible de disfrutar con historias mágicas. Esto se potenciaba aún más al encontrar en ella unos personajes bien perfilados (algo no demasiado habitual en películas "infantiles"), con el suficiente grado de carisma como para entrar por méritos propios en la historia del cine fantástico. El trabajo a este respecto no sólo se centraba en los protagonistas de la saga, sino especialmente en un universo de personajes secundarios que, entrega tras entrega, engrandecían la historia en todo su conjunto. Del mismo modo, el desarrollo de sus diferentes tramas (tanto la que hacía referencia a la lucha contra el universo Voldemort como la que giraba en torno a las relaciones que se establecían entre los propios protagonistas) poseía un ritmo tan acertado, jugando con aquello que se nos mostraba y aquello que no, que el interés por lo que en la misma se nos contaba iba siempre en continuo ascenso, lógica consecuencia de una sabia dosificación de la información.

En una historia donde la magia era ya de por sí un personaje más de la cinta, era necesario contar con unos efectos especiales cuanto menos logrados. Las películas de Harry Potter aprobaron esto con nota. Lo mismo se podría decir de cada uno de sus mágicos escenarios, parte fundamental de una historia cada vez más oscura que difícilmente sería entendida sin todos y cada uno de ellos.

Místico

3 comentarios:

  1. [...] Read the original here:  Redescubriendo la magia en etapa adulta [...]

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  2. Personalmente opino que como la magia infantil de la primera ninguna, el resto ha ido cada vez decepcionándome más. Pero bueno, también es cierto que sobre estas películas hay opiniones controvertidas entre los que han leído los libros, los que no, los que habiéndolos leído les parecen igualmente buena y los que opinan lo contrario. Tengo pendiente el visionado de la recientemente estrenada que al final siempre voy a verlas por pura tradición.

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  3. Sabes que tu sistema de comentarios da error?

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